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Variaciones sobre Fmc. de espalda - 1998. 1999. / 81x195 cm.
1- Cuerpo (vista) - Acrílico, Temple al huevo y Óleo sobre tela.
2- Mente - Acrílico y Temple al huevo sobre tela
3- Alma - Acrílico y Temple al huevo sobre tela.
Variaciones sobre árboles cruzados - 1996,1997. / 32,5x69 cm.
1- Mente - Lápiz sobre papel
2- Cuerpo (vista) - Acuarela, Lápiz y Tinta sobre papel
3- Alma - Acuarela y Tinta sobre papel
Variaciones sobre el viejo roble – 1996 / 130x291 cm.
1- Cuerpo (vista) - Óleo sobre tela
2- Alma - Acrílico y Óleo sobre tela
3- Mente - Acrílico y Óleo sobre tela.
Variaciones sobre melocotones –1999 //Tríptico vertical 150x65 cm.
1- Cuerpo (vista) - Acrílico y Óleo sobre tela
2- Mente - Acrílico y Temple al huevo sobre tela
3- Alma - Acrílico y Temple al huevo sobre tela
Variaciones sobre uvas -1999 / 65x150 cm
1- Cuerpo (vista) - Acrílico y Óleo sobre tela
2- Alma - Acrílico y Temple al huevo sobre tela
3- Mente - Acrílico y Temple al huevo sobre tela
VARIACIONES SOBRE EL MISMO TEMA - TRÍTICOS
Presentación de la exposición en la Galería Thuillier de Paris, en Octubre del 2000.
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Miguel Montijano
Si nos detenemos a analizar con detenimiento el conjunto de la producción artística a lo largo de la historia, haciendo un esfuerzo por sintetizar y llegar hasta el germen de cada uno de los innumerables movimientos, tendencias y escuelas. Nos damos cuenta que la historia del arte esta condicionada por los tres factores en que se manifiesta el ser humano (cuerpo, mente y alma).
Se pinta con la vista (la naturaleza), con el corazón (los sentimientos y emociones) y el celebro (la razón y la estructura) y la obra resultante es una mezcla de los tres factores donde predomina uno de ellos.
Los limites entre las distintas vías no están pues, claramente definidos y generalmente los artistas participan de varias de ellas, e incluso a lo largo de su carrera no es raro que el estilo de un pintor oscile de una predominancia a otra. Y la novedad de esta exposición de Montijano, radica en la plasmación de un mismo motivo bajo la influencia cada vez de uno de los tres factores citados, en un mismo espacio y por un solo artista.
Partiendo de los tres aspectos en los que se manifiesta el ser, la triplicidad es la unidad. El tríptico es una búsqueda de la verdad, una verdad entendida no como verosimilitud sino como una verdad profunda, más autentica y amplia, en la que ninguno de los tres factores tendrá que estar subyugado o infravalorado por cuestiones de estética, moda o mercado.
Es un camino de unión, hacia la totalidad. Las tres obras que lo conforman no son tres elementos individuales sino una nueva unidad. Por tanto, la serie hay que verla en conjunto, aislar del grupo una sola pintura es perturbar, destruir el conjunto.
A pesar de todo lo dicho, su trabajo no es sólo investigación, sus obras no son frías, hay un gusto por la materia, por el color, por la belleza formal. A través de sus creaciones la vida se suspende, sus líneas y colores se adentran en los motivos desvelando todo su interior.
La belleza de lo feo, la belleza de lo hermosos, todo lo que hay fuera está presente, pero sin animo de adoctrinarnos, no existe un componente de soberbia en sus obras. No nos previene, ni siquiera nos aconseja, tan solo pinta.
Falta un tercer componente de naturaleza innato, el más importante sin ninguna duda. El que marca la diferencia entre una pintura y una obra de arte. Entre quien se divierte con un lienzo y quien siente como le son arrancados pequeños bocados de su ser en cada pincelada.
En el caso presente el arte se impone al artista. La creación es por tanto una necesidad, una obligación de carácter muy primario, una exigencia a la que aboca sin remedio todo su ser. Tras cada obra el artista se va muriendo un poquito, parte de él, a modo de sacra reliquia queda para siempre en su creación, restos que alimentan su eternidad para siempre. Una eternidad que esta muy por encima del recuerdo y del reconocimiento.
Marc Montijano Cañellas
Ldo. en Historia del Arte